Cristina Martín Jiménez: "Muchos aceptan leyes y prohibiones sin rechistar porque no comprenden que, en realidad, les perjudican. Las aceptan porque no entienden cómo funciona el Poder. Las aceptan porque el Poder las envuelve en el papel celofán del "bien común". En verdad, lo que aceptan son mentiras. Esas leyes y prohibiciones precisamente benefician a quienes dominan el Poder. Estos presionan a los gobiernos y gobernantes obligándoles a adoptar medidas que favorecen a quienes previamente han diapuesto la escena y la jugada.
Al mismo tiempo, los amos del Poder presionan a todos los miembros de la sociedad, condicionándolos mediante el miedo y la alarma de una catástrofe inminente que los destruirá a todos. Finalmente, los organismos públicos adoptan las medidas y quedan bien ante la comunidad. Y esos muchos que no entienden cómo funciona el Poder, acaban aceptando unas medidas y normas que, tarde o temprano, se volverán contra ellos. En Psicología, se llama "Condicionamiento Clásico". Es como el perro de Pavlov, pero con la sociedad de masas."